miércoles, 11 de diciembre de 2013

Cuento                        "Con los días contados..."


Francisco Alonso se dirigía al laboratorio en el que trabajaba como ayudante de cátedra y como cualquier otro día su rutina consistía casi siempre en preparar muestras de tejido o de algún fluido para estudiarlos en clase. Por compromisos familiares ese día debía terminar una hora antes, por ello se apresuró en la preparación de las muestras poniéndose los guantesrápidamente sin percatarse que los había rasgado de un lado.

Casi al finalizar sus labores se percató de que no llevaba su identificación y se dispuso a buscarla llegando a la conclusión que se le había caído en el momento de descartar una de las muestras dentro del  único tacho de basura  del laboratorio. Sin pensarlo introdujo sus manos al tacho y sintió un corte, retiró la mano al instante y vio un poco de sangre alrededor de los papeles y otros  materiales de laboratorio punzocortantes además en la zona expuesta que el guante no había cubierto y otra que el portaobjetos había cortado. Se retiró los guantes para lavarse compulsivamente con abundante agua y jabón hasta que la sangre dejo de fluir.

En el camino a su casa meditó sobre lo sucedido y decidió no darle importancia pues se convenció de que solo fue un simple corte y que todas las clases de bioseguridad recibidas en la universidad eran exageradas y muchas veces alarmistas.

Paso cerca de un mes en el que se  iniciaron los malestares al inicio fue cansancio, náuseas y demás síntomas parecidos a una gripe. Su condición fue empeorando con el pasar del tiempo a la vez que su piel adquiría una tonalidad amarillenta, sus problemas estomacales aumentaron es por eso que  su médico lo sometió a exámenes de todo tipo para identificar su mal hasta que en los resultados dio positivo a Hepatitis B.

No entendía cómo y cuándo se contagió hasta que hizo memoria y recordó el “inofensivo” accidente en el laboratorio todo cobró sentido al recordar la resistencia del virus y su transmisibilidad. Al explicarle a su familia y comunicarles de su enfermedad le recriminaron su falta de cuidado y las condiciones de trabajo que se daban en ese laboratorio porque por algo aparentemente tan simple como la selección de la basura era ahora la causa principal del padecimiento de Francisco Alonso.

Al día siguiente fue a su trabajo y habló con su jefe explicándole lo que pasó pero ignoró todo lo que le dijo aduciendo irresponsabilidad de su parte y que buscaba sacar provecho del laboratorio si pensaba en denunciarlos. Conversó con su familia y le pidieron que inicie su tratamiento libre e preocupaciones que ellos se encargarían de la parte legal.

Iniciaron con la denuncia formal y con ayuda de la prensa el conocimiento del problema se masificó; a pesar de que, se estaba luchando por justicia la salud de Francisco Alonso se agudizó su hepatitis se había transformado en una infección crónica que desencadenó en cáncer del hígado.



Con la muerte de Francisco Alonso, la prensa siguió exigiendo justicia es por ello que a partir de ese momento las autoridades correspondientes instaron por ley la selección de la basura y correcta disposición con el objetivo de proteger a los trabajadores de la salud y personal de riesgo de los patógenos que están en los residuos.

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